Sabemos que realizar Actividad Física tiene múltiples efectos positivos para la salud. Desde Ofisport queremos explicaros de forma sencilla qué es lo que nos dice la ciencia sobre los efectos que tiene Movernos sobre nuestro organismo. Para ello empezaremos hablando del principal tejido que utilizamos para movernos: el músculo. El músculo esquelético se ha identificado como un órgano endocrino con la capacidad de producir y secretar mioquinas. Las cuales ejercen efectos autocrinos, paracrinos o endocrinos tanto en el órganos que los rodean y en los que se encuentran a distancia de ellos. Estas secreciones generadas por el músculo hace que se produzcan interacciones con otros tejidos como el tejido adiposo, hígado, páncreas, hueso y cerebro.
Las mioquinas generadas por el tejido muscular tienen efectos anti-inflamatorios y son mediadores de los efectos metabólicos, como la angiogénesis y formación muscular.
A través del ejercicio físico las mioquinas generadas tienen un efecto preventivo frente a enfermedades crónicas, como las cardiovasculares, diabetes tipo 2, auto-inmunes, cáncer y la demencia.
Entre las diferentes mioquinas nos encontramos con:
IL-6: la IL-6 generada a nivel muscular aumenta exponencialmente con el tiempo de actividad física y tiene propiedades anti-inflamatorias. La cual no debemos confundir con la IL-6 clasificada como citoquina, secretada desde el adipocito, la cual tiene efectos inflamatorios y asociada a mayor resistencia a la insulina a nivel muscular.
IL-6 y tejido graso: estimula la lipólisis de los ácidos grasos.
IL-6 y páncreas: Favorece la proliferación de las células beta, previniendo la apoptosis causada por el estrés metabólico. Mejora la regulación de la insulina.
IL-6 y cáncer: relación entre ejercicio, epinefrina y IL-6 en la movilización de las células Natural Killers para controlar el crecimiento tumoral.
Irisina: entrenamientos interválicos aeróbicos aumentan los niveles de irisina circulante. Esta mioquina permite transformar la grasa blanca en grasa marrón.
IL-15: proteína secretada tras la contracción muscular, donde su liberación tiene efectos sobre el sistema inmune, músculo esquelético y en la regulación del metabolismo de los lípidos y la glucosa.
Decorina: mioquina que modula la actividad de crecimiento de diferentes células mediante la transformación de la familia TGF-Beta, entre ellas la miostatina. Esta mioquina se encuentra en valores elevados en personas obesas y con resistencia a la insulina y disminuye mediante ejercicios de fuerza ya que aumentan los niveles de decorina en sangre, los cuales suprimen la actividad de la miostatina (la cual frena el crecimiento muscular).
Por lo tanto, el movernos implica muchos procesos celulares que son esenciales para mantener el equilibrio entre procesos inflamatorios y anti-inflamatorios. La contracción muscular en todos sus ámbitos (Fuerza, resistencia, velocidad, estiramiento) es esencial para activar todas las vías de comunicación con otros órganos y evitar la aparición de enfermedades.
SALUD y a MOVERSE!!!!!